miércoles, 27 de diciembre de 2006

Mirando al dorado horizonte

Caminaba por la playa con la arena deslizandose por entre sus dedos, y sin nada que le distrajera del camino hacia el sol, como si pudiera estirar el brazo y sostenerlo, evitar la noche con solo retenerlo en aquel magico momento.
Tras de el quedaban sus huellas, reconocibles como su firma, pero efimeras, que se borraban al primer golpe de ola, recordandole su tiempo limitado, pero al mismo tiempo aliviandole de pesadas cargas. Deseaba ser como esas huellas, poder vivir el momento hollando la tierra a su paso, y desaparecer sin consecuencias despues.
Ni siquiera las piedras, desgastadas por el agua, escapaban a la magia. Agarro una plana, especialmente pulida y la lanzo lejos, rebotando varias veces antes de hundirse en una sinfonia de chapoteos y ondas que se iban difuminando, sin querer adentrarse mas en la mar.

Todo le recordaba a su difunta esposa, que le abandono esa misma mañana, tras años de debilidad y empeoramiento, sin embargo, ella siempre fue fuerte y le dejo con una sonrisa y un beso, arrancandole la promesa de disfrutar del tiempo.
Cómo podria hacerlo, si tras la jubilación ya le habia faltado cualquier motivación que no fuera cuidarla.

A lo lejos se divisaba un barquito anclado, dispuesto a pasar la noche mecido por los brazos de neptuno, y donde sus dueños a buen seguro disfrutaban del atardecer, al igual que tanto le gustara a ella, junto a una copa de vino, abrazados eternamente.

Con sus dedos jugaba con el anillo, dejandolo girar libremente, y al final de la playa, cuando llegaba a las rocas, se paro observando los ultimos rayos, unos instantes y la luz desapareceria bajo el manto de la noche.

Con el ultimo resplandor se puso el anillo de ella en el unico dedo donde cabria, tendria que hacer algo para poder llevarlo, pero habia decidido conservarlo siempre consigo, mientras asi lo hiciera, la conservaria en su memoria, viva y joven como el primer dia.

Tras tomar esta decision, se tumbo en la arena, dejando que el aire fresco le despejara la cabeza llevandose todo el lastre de su alma. La haria caso, mañana compraria un barco como el que se veia a lo lejos y zarparia sin rumbo, adonde el soplo de su amada le quisiera llevar, habia decidido que la vida era demasiado bella, y el recuerdo demasiado precioso para malgastarlo llorando.

Optaba por gritar al viento su nombre, como ella hubiera querido.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola wapeton!!

Muchas gracias por enlazarme yo tb lo he hecho, me alegro de que te guisten mis micro-relatos. Los tuyos estan muy chulos, siempre estamos esperando la próxima entrega!!

Un besote muy fuerte :**

Absurdo Rutinario dijo...

No se si es que tus historias mejoran día a día, o tal vez sea que a mi me gusta más esta temática, pero el hecho es que lo has bordado. El texto te trae enseguida la imagen a la mente, y eso es muy importante cuando se escribe relatos (eso,junto con otras cosas, dice mi profesora. Así que razón tendrá).
Un abrazo. (me debes una foto)

Kaos Baggins dijo...

en esta ocasion la foto la tenia delante, era facil, a ver si luego la puedo colgar
y si, te debo una foto

Absurdo Rutinario dijo...

BABEL. Mensaje urgente

Nathalie dijo...

Hola!!

Ya he estrenado mi blog, asi que me tienes que cambiar el enlace jeje..

un besote, nos vemos!!

Kaos Baggins dijo...

ya tienes el enlace cambiado nathalie