miércoles, 27 de mayo de 2009

El peso de un pensamiento

3 de la tarde y el sol primaveral acariciando las flores, sacándolas los colores, haciendo que sonrían los enamorados.

Un paisaje idílico a la espalda de San Pedro, si no fuera por la joven que corre despavorida calle arriba.

Su cara no alcanza el terror, no seamos alarmistas, que no se incendia nada, al menos irreparable, así que abortar las evacuaciones.

Si que preocupa a los transeúntes, por su velocidad y la clara sensación de que huye, de que no quiere mirar atrás, solo confía en que sus pies san lo bastante rápidos, sin mirar atrás.

Conseguirá alejarse, no cabe duda, escapara y será otra historia.

Tras ella un joven, mayor que ella y atlético, la alcanzaría sin dudarlo, si el ramillete de flores de su mano no pesara tanto.

Se encoge de hombros y le ofrece las flores a la pequeña que va tranquila en su carrito,. Para irse calle abajo disfrutando del sol, sin pensar.



La foto pertenece al castillo superior de Vilnius, en la arsenalo gatve
Vilnius, como Lituania entera se revelado como una experiencia completamente enriquecedora, por turismo y vitalmente, ahhhh, las vacaciones.......

la escena es veridica, del primer dia paseando por sus avenidas

3 comentarios:

giraluna dijo...

me encanta el título

:D

Kaos Baggins dijo...

imagina lo que le pesarian las flores al chaval.... aunque no se le veia con mala cara

a cambio tambien me cruce con otra pareja que estaban poniendo un candado en la baranda del puente, como simbolo de amor

curiosos estos lituanos :)

la cónica dijo...

nunca había oído de nadie que hubiera huido del amor por patas de este modo... y que lo hubiera logrado. sí que pesaban las flores, sí.

gracias por las lilas. preciosas. y la historia. también.

besos