jueves, 8 de octubre de 2009

El lunes que se comio una ciudad



Las emisoras de radio lo empezaron a comentar el día siguiente antes del amanecer, aunque no intuían el alcance de la situación.
En la capital se repetían milimétricamente todos los valores atmosféricos y previsiones del lunes, algo que no molestó a nadie por el buen tiempo que había hecho.
Sin embargo, con los primeros noticiarios matinales se desató el conocimiento en todo el país, las señales de los medios de comunicación reproducían las mismas noticias del día anterior, un desliz imperdonable que costaría cabezas, y no se trataba de una redifusión, se veían distinta escenas en los estudios, la gente llevaba distintas ropas, simplemente ocurría lo mismo, volvía a ser lunes.

Algo tan inocente puede ser catastrófico, imaginaos una semana de siete lunes, a que ahora suena peor.
Los estudiantes llegaban al colegio para el examen semanal, pasando lecciones diariamente a base de exámenes, el tren se averiaba en la misma estación a la misma hora, y el viajero podía reconocer esa especie peculiar de bostezo lunero, inconfundible con los de cualquier otro día.

En las ciudades cercanas no salían de su asombro, no era posible que ellos fueran acercándose al frío mientras las tormentas esquivaban aquel microclima lunero, pero cada mañana recibían con estupor el tren expreso de las 10 que venia de aquella extraña ciudad de locos.
No permitían a sus viajeros bajarse y aislaban el andén en prevención de infecciones.
Daba lo mismo, los pasajeros, ya fueran trabajadores o turistas se veían obligados a estar de nuevo en su ciudad de origen para volver a tomar el mismo tren a la mañana siguiente.

Jaime era uno de los miles de casos corrientes, a sus 15 años estaba como loco por llegar al martes para cumplir años y que le regalaran su consola, pero esta seguía esperando en el armario, todavía le faltaba una hoja del calendario, que por más que arrancaba furioso, cada mañana volvía a encontrarse impoluta.

Al año, la ciudad había sido desprovista de su capitalidad, ya que como es lógico era imposible gestionar nada si cada sesión tenia el mismo orden del día, y la gente empezaba a pensar en sublevarse, hartos de aquel estado de perenne inicio de semana, sin poder disfrutar de ningún día de vacaciones.

Algunas profesiones se mostraban especialmente irascibles, como los deportistas, que no habían dejado de entrenarse pese a no disputar ninguna competición en un año, aunque los que libraban en lunes desde luego estaban encantados.

Los más emocionados sin duda fueron los científicos, que rodearon la ciudad de un enorme traje anti-contaminación (traje que se prolongaba por las líneas de tren hasta los andenes de cuarentena en las estaciones de destino) y podían disfrutar de su propio campo de juegos.
Y que decir de los psicólogos, que hacían su agosto continuo, por videoconferencia, desde luego.

Aquel lunes se había comido una ciudad, hasta que dejo de ser noticia, como casi todo lo que pasa en el mundo. De vez en cuando algún iluminado buscador de fortuna aseguraba haber encontrado la vacuna contra el lunes carnívoro, pero estos empezaban a ser tratados de lunáticos mientras el mundo avanzaba.

La última vez que se supo de aquella ciudad, nadie recordaba su nombre, y se les requirió como especialistas, ya que un 6 de enero había tomado la plaza roja de Moscú, para alboroto de los niños y desesperación de los padres, mientras que una tormenta veraniega se había cansado de viajar y había decidido asentarse en medio de Las Vegas, para relajarse jugando a las tragaperras, para descubrir a las dos semanas que le diagnosticaban ludopatía profunda ¿y como se le cura la ludopatía a una tormenta veraniega?.

Los habitantes de aquella ciudad olvidada hubieran querido ayudar, pero en parte estaban ocupados viviendo su lunes, y por otro lado se sentían algo resentidos por su situación y el olvido del mundo.
Es lógico, a quien le gustaría vivir continuamente en lunes, le agria el carácter a cualquiera.


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y no, no me he acordado del dia de la marmota, ha sido mas bien de la Doom Patrol y del cuadro que se comió Paris

Evidentemente, la música debería ser el "I don't like mondays" (Boomtown rats) pero ahora mismo no puedo acceder al youtube, asi que la estoy poniendo "a ciegas", espero haberla puesto bien, si no, luego la colocaré bien

Finalmente he encontrado una version por Bob Geldolf, el autor de la cancion y Bon Jovi, que me ha resultado curiosa