jueves, 18 de enero de 2007

Un petalo mecido por el viento

En tu mirada de fuego me perdí nueve veces
y las nueve caí por el precipicio del olvido,

La marca en el plano indicaba el lugar,
allí se encontraba el dorado tesoro
pero la cerradura contenía una trampa
que no advertí hasta demasiado tarde,
cuando ya me atravesaste por completo

Sorteando en un baile desenfrenado
a todas las fieras de la noche,
elegí la ensortijada melena oscura
repleta de serpientes negras,
que me convirtió en piedra al mirar,
para después despedazarme
y alimentarse de mi corazón

Navegando alrededor de una barra,
repleta de alcohol hasta rebosar,
escuche los cantos de sirena
y la embarcación que es mi cuerpo
encalló en la columna donde reposaba
enredándome en tu dorada melena
y si hubiera sido mío, mi corazón habría caído,
donde la arena mas quemaba, quedando inerte,
pero hacia tiempo que ya te pertenecía

Cada caída creaba heridas distintas,
cada vez se levantaba una persona distinta,
pero todas cometían el mismo error:
caer en el pozo oscuro de tus ojos

Es la hora del rock'n'roll,
la vida volverá a girar
y tendré una nueva oportunidad
para romper la maldición,
aunque se que caeré rendido en la playa,
al menos hasta que el amanecer
vuelva a calentar mi rostro

En tu mirada de fuego me perdí nueve veces
y las nueve caí por el precipicio del olvido,
la décima remontaré el vuelo con las alas de icaro.
No me acerques el sol, o me quemare


3 comentarios:

Pily B. dijo...

Si no es la letra de una canción, lo parece.

¡¡Menuda preciosidad!!

Nueve besos, por el momento. ;-)

Kaos Baggins dijo...

jajajajajaja
gracias, no es ninguna cancion, al menos me consideraria incapaz de ponerle musica

Absurdo Rutinario dijo...

[...]elegí la ensortijada melena oscura repleta de serpientes negras, que me convirtió en piedra al mirar, para después despedazarme
y alimentarse de mi corazón
[...].

Hay mitos que fagocitan el alma incluso aunque está yazca inerte cual fría piedra.

A por una décima, undécima, doceava, y así hasta que los números pierdan ese abismal sentido de derrota.

Un abrazo.