martes, 21 de agosto de 2007

Tatuaje

La magia de una hechicera grabó su nombre en mi piel,
sirviéndose de arcanos ritos y de la tinta de sus lagrimas,

Rimel oscuro descendiendo en ríos.
como el fuego, quemó mi rostro
y me recordó su cuerpo cada minuto,
durante 20 años.

Perdidos el valor y la inocencia,
lloré 20 años sin su perdón,
arrastrándome por desiertos aullantes,
suplico ahora a la puerta del corazón,
que me dejes conocerte, hermosa criatura,
de quien mi mente solo guarda imágenes
y el espejo del pasado me martiriza
con sordos ecos de un futuro ausente,
sin confesarme tu nombre real.



Vuelvo de viajes, tras los buenos alimentos del norte, visitas a multiples viudades y entornos magicos, y las playitas del algarve.

Bilbao, san sebastian, santander, albufeira, faro, el cabo de san vicente, pero sobre todo, la mejor compañia, la familia por un lado y buenos amigos por otro.

espero que el dibujo quede visible, lo saqué de un flyer discotequero con el boli y lo que mi mano pudo captar de el

2 comentarios:

la cónica dijo...

El dibujo queda visible, el flyer me suena tenerlo por ahí, y haber estado en parte de tus viajes ha sido un placer.

20 años ¿no son muchos años? Para cualquier cosa, quiero decir. No me veo capaz de esperar veinte años por nada. Ni por nadie. Es demasiado.

Besos.

Kaos Baggins dijo...

20 años es muchisimo tiempo, una vida, nada es capaz de esperar tanto tiempo.
despues de 20 años cualquier idea, cualquier imagen se ve deformada por el paso del tiempo