El otro dia alguien me recordaba el post con la cancion de Meat Loaf Life Is a Lemon (And I want my money back)
El caso es que habian intentado comentar por recuerdos, y tratandose de esa cancion en concreto eran tristes, de un mal momento.....
A mi es una cancion que me enciende y me saca todos los golpes de furia, pero es cierto que no es una cancion para estar bajo de defensas
asi que para restañar la herida, que mejor que redimirme con otra cancion de Meat Loaf, pero con un mensaje totalmente diferente.....
Remember everything that I told you, and I'm telling you again that it's true
You're never alone cause you can put on the phones
And let the drummer tell your heart what to do
Keep on believing, and you'll discover baby
There's always something magic, there's always something new
And when you really really need it the most
That's when rock and roll dreams come through
The beat is yours forever, the beat is always true
And when you really really need it the most
That's when rock and roll dreams come through for you
de hecho esta era la siguiente cancion de aquel "Bat out of hell II" levantando el vuelo desd elo mas hondo, cuando parecia imposible para ver que la final alguien responde a las llamadas, y solo hay que dejarle que nos eneseñe a usar los sueños
Por cierto, la de veces que habre visto este video sin darme cuenta que salia Angelina Jolie
jueves, 27 de diciembre de 2007
El largo viaje de vuelta en el tren
Marcel succionaba aquellas gotas carmesí como si la fuera en ello, con el mismo ansia con que un bebe se aferra al pecho de su madre.
Y en verdad que dichas afirmaciones no podían ser más ciertas.
Mientras apuraba el jugo de aquel cuerpo no perdía de vista la entrada de su escondite.
Conocía sus limitaciones y que a la larga perdería en un enfrentamiento abierto con los hombres, por lo que se escondía permanentemente, evitando levantar sospechas de su existencia.
Estos instintos de conservación se dan todas las especies, pero con más hincapié en aquellas que comparten la condición de presas y cazadores al mismo tiempo, pues conocen de ambas caras de la moneda, y por ende, Marcel se debía no solo a si mismo, sino también a su madre, impedida y a quien debía alimentar.
Infectado por la enfermedad en el útero materno, nació deforme, más bestia que hombre, con órganos extraños para la matrona y una boca incapaz de albergar su mandíbula, anticipo de sus armas.
Los propios familiares y vecinos le repudiaron, alertando a las fuerzas de seguridad para que acabaran con su vida. El, que aun no había tenido tiempo de cometer maldad alguna y ya descubrió el lado amargo del mundo.
Su madre se sobrepuso a la debilidad, y a los desgarros del parto, robando el diminuto cuerpo de las dependencias de la matrona, huyendo en la oscuridad, aunque allí se dejara la cordura, perdida al ver las alteraciones de su hijo.
Desde entonces ambos han huido por todo el mundo, sin atreverse a permanecer mucho tiempo en el mismo lugar, y ahora que ella siente los rigores de la edad, es Marcel el encargado de velar por el sustento de ambos, presos en aquel túnel por la incapacidad de su madre, cada vez en peor estado.
Como solía hacer cuando el hambre acuciaba, esta noche se escondió en el tren, esperando a que quedara casi vacío a excepción de una joven, tan linda con sus zapatos rosas y el pelo suelto sobre los hombros.
Desde el hueco del conducto de ventilación, en el techo del vagón, Marcel admiraba los juveniles atributos que encerraba un sujetador anaranjado y que desde aquella posición dejaba expuesto su generoso escote.
Turbado por la visión de aquella joven que volvía a su hogar después de divertirse, sintió envidia, deseo de compartir una vida normal, pero se recordó a si mismo lo acuciante de su misión, y los desastres ocurridos cuando en otras ocasiones había tratado de acercarse a las que iban a ser sus victimas.
El gas comenzó a filtrarse por las rejillas, como solía ser el procedimiento habitual. Sustancias que robaba para evitar que sus presas pudieran alarmarse antes de tiempo, y en una escena repetida tantas veces, la joven iba sumiéndose en el letargo, achacándolo a la hora y al cansancio acumulado, mientras luchaba con el libro que sostenía, tratando de leer inútilmente.
En un gesto postrero se cubrió con un fino jersey rosa que pese a dejar adivinar sus formas, enfureció a Marcel, privado de la admirable visión. El malestar le llevo a rasgar algunos de los cables eléctricos, provocando con su agitación fallos en el fluido eléctrico que iluminaba el vagón.
De repente algunos de los fluorescentes iban fallando alternativamente, mientras otros se apagaban, quedando todo en una penumbra inquietante.
A punto estuvo de levantarse en la primera estación, luchando con sus propios párpados, cuando algunas de las puertas se abrieron y cerraron sin aviso previo.
La espera en la estación, tan dilatada como es habitual a altas horas, crispaba los nervios de ambos, el cazador inquieto, calibrando el momento adecuado para abalanzarse, ella incauto cervatillo, que llego a levantarse para observar el anden vacío, agarrada a la barra, esperando un aviso por megafonía que la resignara a esperar al siguiente tren, pero la liberara de aquella atmósfera tensa.
Por un instante alcanzó la maneta de la puerta, a punto de abrirla para bajarse, pero el pitido anunciando el inicio de la marcha la retrajo de su intención. Nerviosa, con un sentimiento más parecido al que hubiera sido normal cuando la puerta nos deja en el andén, sin poder alcanzar el espacio seguro, se volvió a sentar.
Marcel fue ahora cuidadoso, no quería que aquellos cables volvieran a poner en peligro su alimento, y el de su madre, a la que olvido por la visión de aquel sujetador naranja.
Al fin y al cabo no dejaba de ser un adolescente solitario, con ansias de sentirse unido a algo o alguien, pero tantas veces sufrió los fracasos que se clavaban en su alma como luego lo harían sus colmillos en sus cuellos.
Primero lo miraban con terror, después con sorpresa, pasando a la burla cuando veían sus intenciones amorosas, riéndose de su aspecto, y rechazándolo, para finalizar mirándolo con terror al comprender las consecuencias de su rechazo.
La muchacha fue sintiendo caer sus párpados, cansada por los esfuerzos del día, reposando su cabeza en la barra, hasta dormir profundamente.
Aquí llegaba el momento donde el bajaba, soltando con cuidado la plancha del techo del vagón, que quedaba a oscuras.
No tardaría en aparecer el técnico de mantenimiento, pero el ya estaría lejos, con su presa profundamente dormida en su hombro, camino de su guarida, donde su carne serviría para alimentarles a el y a su madre.
Quizás cuando ella muriera fuera capaz de volver a enfrentar su rostro deforme a la prueba del amor, mientras se conformaría con su sangre.
¿quién no ha vuelto en el tren despues de un largo de trabajo o quizas de diversión?
en cualquier caso, cuantas veces no nos habra asaltado el cansancio en un vagon desierto, o casi.
¿Y cuantas veces las luces o las puertas habran hecho efectos extraños?.
lunes, 24 de diciembre de 2007
viernes, 21 de diciembre de 2007
Mascara de plata
Su cara marcada como las cartas de una vieja partida de poker, donde se han descubierto los faroles, pero el valor de lo apostado impide retirarse.
Diamantes por el color del fuego que abraso su antaño hermoso rostro, reina por su pasado, prometedor de un supuesto futuro tan lejano como la realidad, que se demostró amarga. Esa fue su carta y lo seria por una ocasión más
La mascara nacarada oculta por una noche su vergüenza y la venganza, permitiéndola ejecutar su olvidada alianza, hora de cobrarse las deudas pendientes, el depredador que busca su presa incauta en medio de la noche.
Incauta pero alejada de la inocencia, pues su victima también fue su lejano verdugo.
Fue la señora de aquella ciudad, gobernándola desde sus almohadas, deseada y admirada, sin titulo nobiliario alguno y nacida en pobreza, pero regalada por la belleza, la fortuna y la astucia.
Tres regalos que la recogieron en el mundo y la llevaron de la mano por senderos escarpados, tratando de sobrevivir, comiendo gracias a vender su cuerpo, pero siempre selectiva pese al hambre.
Su ambición se unió a las innatas condiciones siendo la más deseada de la corte, abriendo las ventanas de su casa teñida de azul, y mostrando las flores que invitaban a sus discretos visitantes.
Entre jadeos, el movimiento de unas delicadas caderas gobernaba y mandaba, fueron los tiempos de vinos lujosos, de joyas inaccesibles y pieles exóticas, de opera, bailes y desenfreno.
La entrada en un salón provocaba murmullos de las ofendidas y mojigatas señoras, que no daban a sus maridos más que respetabilidad, pues ella les otorgaba placer, vida y hasta consejo, pues no mas de una personalidad la consultaba sus negocios e incluso aspectos políticos.
Desde la cúspide una chispa prendió su baraja, la edad empezó a mellar su poder, pero incluso así hubiera tenido una madurez placida, rodeada de la riqueza que sus regalos la brindaba, casi podía acariciar el titulo de condesa de su mansión azul, cuando aquella celosa arpía prendió fuego a su casa.
Todos la dieron la espalda, repudiando sus antiguos contactos, dejándola que se hundiera en el fango del que una vez nació, y el mundo continuo girando, tras apartarla de su camino.
Ahora podrían respirar aquellas mujerzuelas, ahogadas en su soberbia, aunque muchas de ellas recurrieran a muchachos de similar condición a la suya, en especial aquella que provoco la tortura que ahora significaban los espejos, desterrados por siempre de sus paredes.
Lo que no tuvieron en cuenta es que la fiera más peligrosa es la acorralada, y aunque bien alimentada parezca amansarse, si es atacada recupera sus instintos.
Tras llegar deliberadamente tarde, para no cruzarse con nadie sube las escaleras de mármol, rozando la mano por el rojo terciopelo, un ultimo recuerdo de los buenos tiempos, y se acomoda en su butaca, la peor del teatro, y aún así fuera de sus posibilidades, conseguida tan solo tras acostarse con el obeso responsable.
No importaba, será la ultima humillación, y su venganza limpiara las afrentas.
Empezada la obra, una representación insulsa pero que ha reunido a todas las personalidades por el renombre de su autor, empieza la cuenta atrás. Se levanta y arrastra sus pies de vuelta a los vestíbulos, donde prende fuego a todos los cortinajes.
La amplia cantidad de madera y telas hace el resto, un infierno rápido y justiciero, una enorme pira fúnebre, ultimo lamento de una condenada, que en su postrera voluntad pide al diablo que acoja en su seno a todos los hipócritas que un día la izaron al altar para después olvidarla.
Sabia que la en unos momentos la recordarían, que aquella que la daño reconocería las llamas que ella misma prendió, y que el fuego no se sofoca al apagarse las llamas, no el de la venganza, y que guardo los rescoldos que abrasaron su cara en un rincón del corazón, para usarlos allí, en ese momento, para gritar al cielo que los repudiara a todos.
Aquí debería haber ido la canción "la casa azul" de duncan dhu, pero no estaba en el youtube :(
Así que he decidido optar por esta otra, sin motivo alguno, simplemente que la canturreaba el otro día
martes, 11 de diciembre de 2007
La quijada del diablo
La noche la recibió irascible, teñida de un azul eléctrico y arropada de un manto esponjoso que impedía ver ninguna estrella, como una madre que ve a su hija equivocarse pero no puede hacer nada para impedirlo, aunque si pudiera la obligaría a alejarse de allí.
Nairah miraba el faro aterrada, sus viejas piedras conocieron tiempos mejores, y eso que su fachada estaba visiblemente restaurada, y las olas rompían contra los dientes del acantilado que casi parecía rodear el edificio, como si de un islote se tratase, un imaginario final del mundo.
Y en realidad así se sentía, al menos eso lo tenia claro, más difícil seria tener que explicar que hacia allí, y mientras cerraba la puerta del coche de alquiler, sentía la cercanía del pequeño jarrón oscuro con motivos orientales.
No dejaba de ser una horterada guardar allí sus cenizas, pero que mas daba, lo importante era llevarlas allí, una mujer casi desconocida con la que compartió copas, risas y confidencias a la sombra del retiro madrileño, para después pasar a la cama, fundirse en corazón y cuerpo, y finalmente despertar mientras la veía deshacerse en polvo frente a la ventana.
No se la escapaba que aquella mujer, Marie, era en realidad mucho mas de lo que la confeso delante de las cervezas, que midió muy bien sus palabras aquella noche, pero sus actos decían otra cosa, que la perdonó, que no aprovechó la ventaja que tanto trabajo y que se sacrificó por ella.
Lo único que podía hacer era devolverla el tributo, y llevar sus cenizas allí.
No sabia el nombre del pueblo hasta llegar allí, ni tan siquiera quien vivía en ese faro, aunque suponía que se trataba de Pierre, su antiguo amor. Por algún motivo sabia que esa parte de la historia era cierta, pero no tenia ni idea de que esperaba encontrar.
Si sus sospechas eran ciertas, todo debió ocurrir hace demasiado tiempo, pero daba lo mismo, sus cenizas deberían reposar allí, quizás beber los vientos desde lo alto de la torre, tal vez reposar encima de una chimenea... ya decidiría una vez dentro.
Las nubes empezaron agregar el camino según se acercaba, en lo que se anunciaba como una gran tormenta, y aceleró el paso, sin percatarse que no había otro coche o medio de transporte alguno.
Si hubiera preguntado en el pueblo, nadie la hubiera podido describir al vigilante del faro, un ser taciturno que pocas veces bajaba por provisiones, casi no debía necesitar alimento, ni calmar otro tipo de necesidades, y hasta los más viejos del lugar no recordaban a otro encargado, pero no lo hizo, y allí se encontraba, golpeando temblorosa una vieja puerta de madera, que se abrió sola, no para invitarla a entrar, sino más bien para animar a la oscuridad a salir, justo cuando los truenos golpearon el cielo furibundos.
Desde el piso superior llego una voz firme que si la invitó a aventurarse en aquel lugar al que ni las calderas del infierno parecían capaces de hacer entrar en calor, anticipando que en seguida bajaría con un candil.
Desconociendo el rango de las leyendas con las que trataba, Nairah había propiciado una nueva vuelta en el enorme mecanismo dentado que rige algunas existencias, aunque posiblemente el papel protagonista le recaía, como siempre, a las cenizas que portaba en sus manos.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Doce meses, 100 historias, una locura
Hoy hace un año, una mujer con la melena de plata se poso tras mi espalda, y su beso cálido altero mis latidos, permitiendo alimentar su sed.
El tacto de sus manos sobre mi torso era en contraste gélido como el aliento de una noche de noviembre, pero su mirada termino de rendirme y me postro ante su cuerpo.
Desde entonces, débil como me encontraba soy su siervo para narrar sus andanzas y desventuras, los recuerdos y anhelos de Marie.
Pero el pacto, como todo ritual tiene reglas, conocidas o no, cláusulas escritas con lagrimas en la memoria y el tinte rojizo de una jarra de sangría (¿o esperabais otra clase de color encarnado?)
Un taxi presuroso sortea las nubes, antes que le lleguen las ondas del teléfono, arma peligrosa de doble filo que odio y amo, mientras trato de ser simplemente feliz.
¿hace falta buscar más?... pues mucha gente opina que si, y yo me voy a permitir llevar la contraria a la gente, al cielo y al infierno.
Un año, cien mensajes, redondo numero y muchos nombres conocidos por el camino, a todos gracias, espero que os haya gustado el rincón cuando pasasteis y que volváis si os encontráis a gusto, aunque me quedan algunas espinitas, como averiguar de donde vienen los accesos de Morristown, new jersey ¿?¿?
Al menos si tengo fichado los de Massachussets
Hi Nat! How are you? I wish you a happy birthay tomorrow
Resumiendo que me enrollo, que llevo escrito muchas más historias de las que pensaba escribir al principio, pero todavía me quedan algunas por esta loca cabecita y mientras mi dulce vampira siga encontrando sabrosa mi sangre me seguirá contando relatos al oído que yo copiare por aquí.
Eso si, a cambio ella también cumplirá las reglas del pacto y dejara que de vez en cuando sea yo quien escriba su destino en unas no tan breves líneas.
Cuando llegue a un faro al anochecer, dentro de una urna, y se encuentre con Pierre no se si ella dará por bueno el pacto, yo ya lo he disfrutado, así que no tengo muy claro quien ha sacado más provecho, si ella o yo.
No tengo muy claro si de leer esta pagina se puede llegar a deducir algo de mi mismo, pues casi todo han sido relatos totalmente inventados, en ocasiones algún post donde realmente hablaba yo mismo, pero en su mayoría inocuos, y algunos que si contenían mis pensamientos iban camuflados entre los 100, pero en fin, tal vez eso también forme parte de mi, las mentiras, los camuflajes...
Allá vamos, a por otros 100, a por otro año
Os dejo envueltos en el terciopelo negro de Alannah Miles, como la capa de mi vampira que ahora vuelve a susurrarme al oido
jueves, 6 de diciembre de 2007
Hijo de la luna
Cuando el tiempo se reduce a escapar continuamente olvidas como apreciar los momentos de tranquilidad, y los vives inmerso en el histerismo cotidiano.
Algo parecido sucede con las puestas de sol cuando se alargan sin final, también olvidas que son una de las mayores obras de arte del mundo.
Ahora veo el tenue resplandor en el horizonte y recuerdo textos prohibidos, escritos antes del desastre que nos sumió en la noche.
El hombre siempre fue su mayor depredador. Tiene sentido, ya que no había otra criatura por encima en la cadena alimenticia, que se inventaran a si mismos como cazadores y presas al mismo tiempo.
Pero una de las dos facetas acabó triunfando sobre la otra.
No lo recuerdo, fue poco después de mi nacimiento, pero al final conseguimos erosionar las capas de la atmósfera, la piel que nos protegía como el manto de una madre, cuidándonos de los descuidos del paternal sol, que empezó a excederse en su cálido arrullo sobre la tierra.
Incrementos de enfermedades, suelos áridos, síntomas de un aparente caos que iban en aumento, y según pasaba el tiempo, con las radiaciones se descubrían nuevos males que amenazaban con la extinción hasta que los científicos dieron con una clave, vender el alma del planeta.
Por que eso es lo que hicieron, como definir de otra forma la locura que suponía retomar antiguos métodos contaminantes, incrementándolos exponencialmente, emitir tal cantidad de gases, de polución que generarían el peor efecto concebido.
Nuevos compuestos que casi solidificarían nuestras porquerías, un “algodón” viscoso que protegería a la tierra de las radiaciones nocivas.
Como decían entonces, salir de la sartén para caer en las brasas.... no imaginaban hasta que punto.
El sacrificio sorprendentemente funcionó en su cometido inicial. Se redujeron las enfermedades solares, y el frío de no contar con los rayos solares se compenso inicialmente con el efecto invernadero, un gigantesco microondas envuelto en humo y noche, por que la luz fue otro efecto secundario.
Oscureció y vivimos desde entonces en una perpetua penumbra, noche sin fin, con un leve resplandor lejano donde debió estar colgado el astro rey, triste, llorando por sus hijos que le repudiaban.
Pero no todos añorarían el dorado beso de la vida, la noche trajo sus propias criaturas y espantos que se habían escondido por eones, volvieron a respirar el impío aire de un mundo moribundo.
Cuando era demasiado tarde para dar marcha atrás, sus uñas empezaron a arañar las piedras, se vieron sudarios rasgados y arenas removidas, como preludio a su llegada, los seres de la noche clavaron sus colmillos en la yugular de la madre tierra, y se adueñaron de la humanidad, convirtiendo a la gente en sus reses, rebaños dóciles almacenados en granjas.
El espíritu de la rebeldía estaba tan lejano como el sol, y tan solo algunos rebeldes tratamos de despertar a los soñadores que un día confundieron las pesadillas, derruir fabricas improductivas, que tan solo existen para mantener el escudo mortal que nos aleja de la luz.
Hoy el efecto de calor interno se ha disipado y avanzamos hacia una glaciación, mientras huyen a las zonas mas cálidas, transportando a sus prisioneros con ellos, prefieren el hielo antes que rendir la tierra al sol.
Somos pocos, pequeños grupos infiltrados, mezcla de humanos y de otras criaturas antaño infernales, pero ahora rebeldes a la causa de los no-muertos, pero lucharemos.
Yo mismo confieso mi condición de vampiro, corrompido por un señor feudal impuro, al que odiare con el fuego de cien mil infiernos por asesinar a mi madre.
Venganza! Único grito que resuena en mis oídos cada vez que cobro una victima en su nombre, cada paso que avanzo a la libertad y a mi muerte real, pues ese es el final del camino que ansío, la muerte que me reúna con ella, la luna, mi madre.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Expocomic I
debería esperarme a que 629 me pasara las fotos, pero soy impaciente, siempre lo seré, y esta pequeña joya merece ser mostrada jejeje
Victoria Frances acudió a la sesión de firmas realmente guapa y simpatica y allí estuvo aguantandonos :), y firmandonos con la mejor de las sonrisas, la pena fue no llegar a tiempo de llevarme un dibujo, pero en fin, el tiempo es el tiempo
Victoria Frances acudió a la sesión de firmas realmente guapa y simpatica y allí estuvo aguantandonos :), y firmandonos con la mejor de las sonrisas, la pena fue no llegar a tiempo de llevarme un dibujo, pero en fin, el tiempo es el tiempo
¿es posible beberse 10 años en un cafe?
Esta canción siempre me ha gustado, y el otro día prometí ponerla, así que para qué buscar más motivos
Yo la escuche y la tengo en español, pero creo que queda mejor asi, en original, y el video tambien merece la pena
Yo la escuche y la tengo en español, pero creo que queda mejor asi, en original, y el video tambien merece la pena
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