martes, 30 de diciembre de 2008

Labios de caramelo

Recojo una lagrima de tu mejilla y veo en ella reflejados tus labios de caramelo, cruel mundo este que es capaz de torcer una sonrisa en lamento, y exprimir dos luceros hasta que caen las gotas de su esencia.

Miedos recorren mi espalda al notar tu voz quebrarse, y haría gritar la guitarra que no se tocar, rodaría por la pendiente que no se esquiar, y bailaría la salsa en la que siempre doy saltitos si pudiera restañar las heridas invisibles.

Reluciente campanilla, toma un diente de león del suelo, y sóplalo con tu última uva alzada, pídele tu deseo a la luna.
Como en la canción, mis doce uvas serán doce soldados, sin tropiezos ni traspiés, que se amotinaran al destino para asaltar el año nuevo y con la misión de cumplir deseos, y como dice la letra, “No hay doce espinas que no traigan con el tiempo alguna flor”.

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Le vuelvo a tomar "prestada" una canción a los chicos de zamburiel, a los que no me cansaré de recomendar que los escucheis (y a ver si me puedo acercar a otro de sus conciertos), para soplar un deseo al aire con este texto y su dedicatoria especial, y la esperanza de que los caminos no nos cambien, y el 2009 muestre sendas libres de niebla y que campanila disfrute su vestido dorado, y ya puestos a pedir, que me deje verlo :)

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