jueves, 14 de diciembre de 2006

Beds are burning

Caía la noche cuando sentado en la mesa de un céntrico café, con el periódico en las manos, repasaba mentalmente mi desconcertante situación, buscando explicaciones que eran invisibles para mí.
Quizás la clave de cómo empezó todo estaba en la pesadilla que aun me atormentaba.

Anoche, la almohada ardía hasta hacerme hervir el cerebro,
con recuerdos vacíos y esperanzas inútiles,
que se derrumbaban entre sueños golpeando contra montañas espinosas y altas como muros
Un hombre vestido completamente de negro partía buscando un paso franqueable a través de tierras de soledad y mares de lágrimas,
En su camino se cruza con seres de cristal, que en lugar de evitar los escollos, los atraen como imanes hasta romperse en pedazos que rebotan, y cuya música adorna los oídos de quienes atraviesan los fragmentos
Cómo pueden encontrar el camino si a cada esquina aparece una nueva encrucijada, en la que los carteles ofrecen destinos tenebrosos o demasiado largos
Quise gritarle, advertirle de los peligros, pero ya sabéis como son los sueños, mi voz se apagaba y mis gritos se convertían en susurros, mientras le veía escoger el peor sendero, pues por el llegaba un caballo de crines rojas como el fuego, que le empujo hacia venas de lava que surcaban el desierto.

Me desperté entre sudores y me sorprendí, puesto que no estaba en mi habitación donde recordaba perfectamente haberme acostado la noche anterior, sino en un hotel, y un periódico abandonado en la mesa indicaba que habían pasado 4 años desde mi último recuerdo consciente.
Pero mi episodio de terror solo comenzaba, pues al desdoblarlo vi mi foto en la portada como un activista ecológico de greenpeace, pero ni siquiera pude leer la noticia, ya que la pagina estaba marcada por gruesos trazos rojos, en mi propia letra, aunque firmado como Gaia:
"La hora ha llegado, por fin será cobrado el alquiler, y uno a uno descubriremos el coste de nuestros actos.
Llego el momento de retornar al río de la vida lo que le robamos, y adentrarnos por unos momentos en la oscura senda."

En ese instante decidí huir de aquel hotel y adentrarme en la selva que ahora me parecía la ciudad, aquel animal salvaje que antes adoraba, desde mi puesto de ejecutivo de una petrolera, hasta encontrar en este café un remanso de paz y tranquilidad.

Ahora, las ultimas ediciones de los noticiarios televisivos se hacían eco mi desaparición de la vida
publica, que aparentemente anuncié ayer, y presentaban a mi sustituto, un abogado arrepentido de defender a multinacionales, dispuesto a devolver a la tierra lo que anteriormente ayudo a corromper.

Antes, me informé de antiguos casos similares, sorprendentemente uno cada cierto tiempo, sin levantar sospechas, cada vez que uno desaparecía, otro tomaba el relevo, gente que jamás hubiera pensado en defender la ecología se erigían en paladines de la madre tierra, para después desaparecer en el anonimato.

Analizándolo todo llegue a la conclusión de que durante estos 4 años, fue Gaia quien dirigía mis actos, y mi mente se sumergió en los dolores del planeta, sintiendo los efectos de nuestros actos.
Si algún día despertáis en una habitación extraña y descubrís que el tiempo ha pasado de forma anormal, buscarme y os relatare lo que ahora estoy descubriendo, puesto que el espíritu de la tierra podría elegiros para su misión.

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como diria la cancion de midnight oil:
¿Como podemos bailar cuando nuestra tierra arde?
¿Como podemos dormir mientras nuestra cama esta ardiendo?

3 comentarios:

Absurdo Rutinario dijo...

Vaya ente con mala leche esa tal Gaia, ¿no?. Abogo por una simbiosis fructífera para ambos, ser humano y naturaleza. Si eso es posible.

Un abrazo.

Absurdo Rutinario dijo...

P.S.: Odio Blogger beta. ¿Te has dado cuenta verdad?

Kaos Baggins dijo...

sip, me habia dado cuenta de tus odios por la version beta, ya sabes lo que opino delas versiones beta en general...

La gaia esta es el resultado de estar hablando de una pesadilla real y que te recuerden la peli de la invasion de los ultracuerpos, eso mezclado con el cafe de la oficina debe ser malo para la salud mental, por que si no....

por cierto, que a ver si nos tomamos unas cañas un dia de estos